martes, 10 de abril de 2012

Yo quiero ser como él

...por su sentido del humor, por su ingenio y por todo lo demás...



Es que es genial, lo mires por donde lo mires. Sí, Falsarius. ¡El chefcritor (chef+escritor)!

Tengo un compañero de trabajo, Jordi, con el que de vez en cuando compartimos consejillos recetiles y que una vez me dijo que también era su fan. Tan fan que, reconociendo el talento de este hombre para la cocina y la literatura, decidió un día comprar un libro suyo (pudiendo mirar las recetas por internet, ojo al dato) porque se sentía en deuda con la causa cocinera de Mr. Falsarius, óscar al mejor tenedor y pluma, otorgado por nosotros, claro.

Me encantan sus recetas, sus ideas y la manera en que cuenta las cosas... y si no piensan igual, lean esta descripción de la fruta con sus consiguientes instrucciones para preparar un rico y ultra sencillo postre de emergencia y ya verán como se convencen y se hacen eso que se dice ahora "followers" de su blog... (que es igual que "seguidor" pero en guay):

La fruta tienes dos estados básicos. Uno radiante y apetecible cuando la compras y la llevas a casa, y otro, podrida y tumefacta cuando por fin decides comértela. A mí por lo menos me pasa siempre. Qué extraños sucesos pasarán entre ambos estados, es algo que se me escapa y desafía mi entendimiento. La cosa es que yo compro una fruta chula y pinturera, de esa que hubiera tentado a Adán y Eva y les hubiera costado el Paraíso, y cuando me acuerdo de comérmela es una piltrafilla que se la das a una cabra y te cocea la entrepierna. Cuánta fruta no habré comprado, enaltecido por sus salutíferas virtudes, poseído por la creencia, seguramente incierta, de que te comes una manzana y adelgazas no sé cuantos kilos, o simplemente enlozado en la lujuria, fascinado por sus formas opulentas y sus colores más bien cachondones y lozanos. Y luego vas a comértela, el día que te da por ahí y dices, anda si yo compré fruta, y en vez de tu manzana brillante y lustrosa como la que le dio la bruja a Blancanieves, te encuentras a su abuela. Para evitar este tipo de chascos, la ciencia moderna ha inventado la fruta envasada, así que en nuestra receta de hoy, unas ricas EMPANALLETAS, unas empanadillas con textura de galleta, vamos a utilizar puré de manzana de bote y unas pasas. Que las pasas, como ya eran abuelas cuando las compramos, no decepcionan nunca.

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